MAS SOBRE LAS VICTIMAS EN EL PROCESO PENAL DOMINICANO


 

Continuando con la víctima en el proceso penal, cuando se trata de arbitrariedades y violaciones a la ley de las propias autoridades que deben brindar protección a la ciudadanía, es prácticamente imposible surfear las adversidades para encontrar buzos y personal experimentado que logre extraerla con éxito de ese laberinto de cuevas al estilo Tham Luang en Tailandia en la que se convierte en sistema penal en su contra. De ahí que esquivar aquellas cavernas llenas de aguas sucias y excrementos se vuelve una tarea titánica.

Es que cuando los investigadores quieren proteger a los imputados, dado que se tratan de miembros de órganos militares o policiales del Estado, en ese caso las trabas son con la intención de que el proceso no avance, así las víctimas del delito y de los órganos que deben perseguir el delito, son vejadas, discriminadas y maltratadas con la finalidad de que desistan de la persecución de su verdugo.

Aun en el caso que la víctima en base a sus esfuerzos y persistencia logre avanzar hasta los tribunales con el proceso se encontrara allí con otro escollo aun mas difícil de salvar, dado que no existe en el ordenamiento jurídico dominicano una institución creada para salvaguardar los intereses de las victimas en el proceso-existe un ensayo dependencia de la procuraduría general de la república, que no tiene el personal ni las competencias para garantizar los derechos de las victimas-entonces deberá sacrificar sus pocos ingresos, si es que aun les quedan, para contratar un abogado competente que defienda sus intereses en el proceso. Ya que el Ministerio Público como es parte del entramado de protección a los verdugos de la victima entorpecerá el proceso hasta agotar las fuerzas de la víctima, debilitada ya, por los esfuerzos realizados para que el caso llegue a los tribunales.

Además en los casos de acción pública, donde se supone que ciertas diligencias procesales y ejecuciones de actos solo se pueden lograr con el auxilio de la fuerza pública, se hace inevitable el acompañamiento del Ministerio Publico, es entonces, cuando la víctima debe lograr a través de mecanismos legales llevar a los tribunales testigos, peritos, pruebas periciales, evidencias físicas-que en la mayoría de los casos descansan en manos del Ministerio Publico secuestradas-en fin deberá convertirse en una especie de buzo especializado que por las estrecheces de los laberintos de la cueva de la justicia pueda ya con el oxigeno casi agotado lograr salir a flote de los túneles rebozados de aguas podridas en que se convierte el sistema de justicia en contra de las víctimas.

En un sistema de justicia penal donde la victima sea re-victimizada por los mismos órganos que deben protegerla, imagino que sucederá cuando es el propio imputado que se convierte en víctima del sistema. Dado que existe una tendencia natural de empatía de los seres humanos hacia los más vulnerables, y en el caso de los sistemas de justicias penales siempre se ha considerado la victimas como aquella parte que ha recibido un daño de manera injusta, es obvio que cuando el daño lo ha recibido una parte que se considera ha actuado de manera ilegal, los sentimientos de compasión son mucho menos arraigados en la sociedad. Pues se considera más que víctima, victimario, es entonces cuando debemos de cruzar los dedos y esperar a que lleguen las aguas monzonicas y se ahoguen en los laberintos atiborrados de aguas de sistema de justicia penal.

 

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