LOS NUEVOS MAESTROS DEL DERECHO DOMINICANO

Es muy difícil para el que no es especialista en el tema constitucional dominicano, participar con éxito en el interesante debate que se viene desarrollando en nuestra prensa local sobre algunas materias que son propias de la ley fundamental del Estado, es decir, nuestra constitución.

Al no disponer del suficiente instrumental teórico para intervenir en ese debate, y no ser considerado un intruso o un advenedizo por los nuevos maestros del derecho dominicano, he preferido opinar desde la periferia, evitando en lo más mínimo tomar parte de esa discusión y no despertar la ira del selectivo grupo de especialistas constitucionales.

Ese selectivo grupo de especialistas constitucionales dominicanos está integrado por un reducidísimo número de expertos en la materia constitucional que gracias a su innegable iluminación mental son, o por lo menos creen ser, los únicos autorizados a hablar e interpretar debidamente la constitución dominicana.

Según el parecer de estos expertos, el derecho constitucional constituye la llave maestra con la que se abren las puertas de cada una de las habitaciones donde habitan las distintas ramas de nuestro derecho.

Naturalmente, la imagen de la llave maestra indica la importancia fundamental que tiene el conocimiento del derecho constitucional en una sociedad como la nuestra, marcada desde los primeros días de su nacimiento como república por el sello distintivo del autoritarismo, la imposición y los abusos.

El dominio y control de esa llave maestra que abre puertas, que evita  abusos y permite el reclamo de derechos ciudadanos comenzó a tener una trascendencia de primer orden a partir de la reforma constitucional del año 2010 con la creación del tribunal constitucional.

Desde ese momento, el derecho constitucional pasó a ocupar el lugar que le corresponde y que siempre debió tener, y los expertos en materia constitucional comenzaron a ser vistos como los nuevos maestros del derecho, cuyas opiniones y recomendaciones indicarían el nuevo rumbo que debería tomar la Republica Dominicana en el aspecto institucional.

Como es natural, ese nuevo rumbo institucional sería dirigido únicamente por el selectivo grupo de expertos constitucionalistas dominicanos, ya que, por disposición de Dios, se consideran los únicos capaces de solucionar todos los problemas legales que se puedan presentar en el país.

Con ese favor divino, no hay problema alguno que ellos no le encuentren solución; obviamente, y ahí está el detalle como diría el actor y comediante mexicano Mario Moreno, Cantinflas, esa solución o esas soluciones siempre serán las únicas posibles, para eso cuenta con el favor divino, para que nadie se atreva a cuestionarlas, ya  que el fundamento que las sostienen, según ellos, son inconmovibles.

Por eso respeto a quienes se han atrevido a desafiar la arrogancia de estos nuevos maestros del derecho que desde el año 2010 han pretendido desalojar del escenario jurídico a todo aquel que no coincida con sus opiniones, lo que me recuerda un poco el cuento de casa tomada, un texto escrito por Julio Cortázar y publicado por Jorge Luis Borges en la revista Los Anales de Buenos Aires, en el año de 1946.

En ese cuento, Julio Cortázar narra la historia de dos hermanos que son expulsados de su vivienda a causa de algo de desconocido que se va apoderando de ella, desplazándolos paulatinamente a lo largo de las habitaciones hasta llevarlos a la calle, porque la casa estaba literalmente tomada, parece, porque Cortázar no lo sugiere en su cuento, que era por los expertos constitucionalistas.

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