HOMENAJE A UN AMOR ETERNO E INOLVIDABLE

Ella fue madre antes de cumplir la mayoría de edad. Contando con 15 años se unió a quien fue su compañero de vida durante más de 50 años. Según decía, la razón por la que fue madre y esposa a tan temprana edad, es que en aquel lejano campo, además de la cultura imperante de la época, cuando las jovencitas arribaban a la pubertad, eran desligadas de los estudios. Entendían los padres que a los 13 años de edad-a esa edad arribó a la pubertad-las jovencitas iban a la pequeña escuela de la comunidad a enamorarse, por esa razón su padre le excomulgo del pan de la enseñanza a tan temprana edad.

Un lejano paraje de la sección rio abajo, perteneciente al municipio de Sabana Grande de Boya, fue el escenario para que esa precoz madre alumbrara en ocho ocasiones. Sumaron 13 hijos, uno de ellos no logro sobrevivir más de un mes, todos incluyendo la ultima de la prole-nacida en el municipio-llegaron al mundo con parteras.

Es casi imposible describir con palabras las hazañas realizadas por esa mujer, que con dificultades del entorno familiar-su madre murió al momento de expulsarla de su vientre y su padre no tuvo otros hijos-pudo sustentar ese tropel de niños y niñas, para que éstos sobrevivieran a un entorno desfavorable, con precariedades económicas.

Sé que realizo muchas labores: agrícolas, lavados y planchados de ropas, arepas, jalaos, helados de funditas y muchas otras actividades, las cuales no fueron obstáculos para amamantar a cada uno de los 12 hijos hasta que cumplían los dos años, entre ellos dos parejas de gemelos, uno por cada pecho.

Sería osado si pretendiera en estas breves líneas enumerar las hazañas de Doña Juana-Mamita como le decían sus más cercanos, para mí siempre fue la doña-ya que todo cuanto pueda evocar quedaría relegado a la inmensa mansedumbre que emanaba de esa dulce mujer.

Mis sentimientos han variado desde aquellos años infantiles, a pesar del entorno económico hostil, aquel lugar donde nací y viví hasta los siete años era un remanso de tranquilidad, luego mi adolescencia y adultez fueron con sentimientos más definidos.

Al inicio entendía que no soportaría ver su desaparición física de esta tierra, en esos momentos pensaba que la salida más fácil era que mi existencia terrenal terminara primero que la de ella. Luego entendí que el miedo no era a ver morir a mi madre, el problema sería la tristeza que ese acontecimiento generaría en mí.

Hoy esos sentimientos se han transformado en la sensación de no buscarla en el cementerio, sino, en los momentos que visitaba la casa donde convivía con la más joven de mis hermanas, me espera con una sonrisa, decía, cuelen café. Luego charlábamos sobre asuntos diversos. Ya no siento que debió vivir más tiempo, sino que el tiempo que vivió fue suficiente para cumplir su legado por esta tierra. Dejó el legado más importante que puede legar cualquier ser humano de los que habitan de manera pasajera esta tierra, el de haber sido útil a tantas personas sin propiciar maldad para ninguno.

Doña Juana Jiménez Tolentino (Mamita) fue de esos seres humanos que una vez deja de estar con nosotros, sentimos la necesidad de que ojala la tierra fuera habitada por mas personas como ella, si así fuera nuestro habitad seria un paraíso. Por eso hoy no quiero lamentar que mi Madre ya no está con nosotros, prefiero decir, que no fui el mejor de los hijos, pero siento satisfacción de las cosas que pude compartir con ella, no la busco en el cementerio, porque sé que ella no está en ese lugar frio y lúgubre, ahí no hay nada de ella. Siento que cuando su alma dejo ese cuerpo perecedero se fue hacia el paraíso que ella siempre soñó y para lo cual vivió.

Nada es eterno en el Universo, de existir Amor Eterno e Inolvidable como dice la canción de Juan Gabriel el de las Madres lo seria. Sé que de existir un mundo de almas sublimes mi madre estará ahí, de lo contrario el mundo inmaterial, el cual no podemos explicar, tiene la suerte que entre uno de los suyos hay un alma excepcional.

Yo por mi parte tratare de hacer lo que me enseñó, vivir tratando a los demás como quiero ser tratado. Cumpliré con mi deber, tenerle presente tal como era, con una sonrisa, bendición Mamá y con ella a todas las madres.

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