DESIDERATA DE LA JUSTICIA DOMINICANA

Lo deseado, en término poético y estético tiene como referencia obligada el poema Desiderata. Sobre éste se han escrito muchas historias, la más socorrida es que fue escrito por el abogado y poeta del Estado de Indiana (Estados Unidos) Max Ehrmann (1872-1945).

Es así que mi Desiderata de la justicia dominicana se presenta parafraseando el emblemático poema convertido en una canción hablada que popularizó el cantante y actor de cine mexicano Jorge Labat.

La justicia camina plácida entre el ruido y la prisa, pero el silencio es uno de los valores más importante en su función de resolver los conflictos solo a través de decisiones justas. A pesar de los bulliciosos ataques que recibe por algunos sectores que desconfían de su silencio, mantiene la paz interior que necesita para juzgar de manera serena.

En cuanto sea posible mantiene buenas relaciones con las demás instituciones. Pero nunca se rendirá antes los ataques que recibe para que favorezca políticos, empresarios y militares corruptos, aún a pesar de que traten de ahogarla con bajo presupuesto, siempre encuentra jueces dispuestos a defender la honorabilidad de la justicia y la necesidad de independencia interna y externa.

Decide siempre apegada a la verdad procesal o material, escuchando a todas las partes, incluso al pobre de solemnidad que no tiene apellido sonoro, pues también el tiene algo importante que decir, aunque no tenga los medios de información a su disposición como la Procuraduría General de la República.

Las personas que son agresivas y ruidosas contra la justicia son un fastidio para su espíritu, así que la justicia evita dictar decisiones basadas en la presión mediática y política. No se deja amedrentar por la soberbia del poder.

La justicia no se compara con otras instituciones, si lo hace desvirtúa su finalidad. Con eso evita vivir de la vanidad, pues siempre habrá un congreso, poder ejecutivo e incluso algún ministerio con más presupuesto que ella.

La justicia siempre mantiene planes de mejoras, nunca se conforma con los éxitos que obtiene, dado que su carrera es servir a la ciudadanía y esta cambia con los tiempos, los conflictos de hoy, pueden ser la soluciones de mañana.

La justicia es cauta, no hace negocios, siempre habrá persona esforzadas en alcanzar negocios con un poder tan importante del Estado, la vida está llena de falsos héroes, por eso se mantiene firme en su misión de resolver conflictos sin intereses particulares.

La justicia es sincera, no finge, a pesar de los desengaños, a pesar de la fatiga y la soledad, actúa con una sana disciplina que la mantiene firme y perenne como la hierba.

Te resulte claro o no la justicia marcha como debiera, aún con todas sus farsa, penalidades y sueños fallidos su trabajo y aspiración es conservar la Paz y la Felicidad de todos los dominicanos en la bulliciosa confusión de la vida.

La justicia está en paz con la diosa Temis la Diosa superior del Olimpo, porque con sus espada castiga a los delincuentes, sean éstos políticos, empresarios o simples ciudadanos y con su balanza equilibra para juzgar a todos con la misma igualdad.

Por eso debemos considerar la aspiración más importante en una sociedad ideal es que la “Justicia” sirva como principio-guía de los actos de cada individuo que forman el conglomerado social. Desde el más encumbrado hasta el más humilde de los ciudadanos debe tener como principal motivación que la justicia sea lo más parecido a la igualdad, equidad y dignidad del ser humano.
El mundo es aún hermoso y la justicia dominicana te puede hacer feliz. Son solo deseos-Desiderata.

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